La actividad física mejora el funcionamiento del sistema inmunológico.

El sistema de defensa del cuerpo nos protege contra amenazas externas (bacterias, virus, protozoos, hongos, toxinas) y amenazas internas, que pueden incluir, entre otras, daños en los tejidos o células degeneradas (células cancerosas). El buen funcionamiento del sistema inmunológico es una condición básica para una vida larga en la salud y la armonía. ¿La actividad física regular es beneficiosa para el sistema inmunológico?

La actividad física y el funcionamiento del sistema inmunológico.

Para muchos especialistas, la actividad física regular se considera uno de los factores básicos que promueven la salud en general. El ejercicio físico regular de intensidad moderada promueve la salud cardiovascular, normaliza la presión arterial, facilita el control del peso y previene enfermedades de la civilización. Muchas personas dicen que la actividad física diaria también contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico.

Los investigadores confirman que el ejercicio físico junto con la dieta correcta son los dos pilares más importantes de un estilo de vida saludable que ayudan a proteger contra muchas enfermedades graves al estimular el sistema inmunológico.

Actualmente, no hay evidencia de que la falta de ejercicio físico afectara directamente el deterioro del sistema inmunológico. Sin embargo, hay muchas publicaciones que enfatizan el hecho de que la actividad física moderada reduce la probabilidad de infecciones y resfriados. Los investigadores justificaron esta situación afirmando que la actividad física aumenta la actividad de los macrófagos y su número en el cuerpo. Los macrófagos son la primera línea defensiva que protege al cuerpo humano contra las bacterias y los virus. Otra evidencia que confirma el efecto beneficioso de la actividad física en el sistema inmunológico del cuerpo es, entre otros, un aumento en el recuento de linfocitos y un aumento en las concentraciones de anticuerpos (IGG e IGM). Según algunos especialistas, el aumento de la temperatura corporal, que acompaña al aumento del esfuerzo físico, promueve el crecimiento de bacterias dañinas.

Recuerde que los cambios beneficiosos en el sistema inmunológico, que son el resultado del entrenamiento, desaparecen en unas pocas horas. Es por eso que el ejercicio regular es tan importante porque la regularidad fortalece y prolonga los efectos beneficiosos.

¿Qué ejercicios mejoran el funcionamiento del sistema inmunológico?

La correlación entre la actividad física y el funcionamiento del sistema inmunológico es complicada. Por lo tanto, es importante elegir individualmente un conjunto de ejercicios para cada persona. Como regla general, los ejercicios de intensidad moderada son beneficiosos para el sistema inmunológico, es decir, aquellos que no producen fatiga. El entrenamiento no debe durar menos de 40 minutos, pero no más de 90 minutos al día. Recuerde que demasiado esfuerzo aumenta la susceptibilidad del cuerpo a las infecciones y puede traer efectos contraproducentes. Si practica actividad física de alta intensidad, asegúrese de tener suficiente tiempo de descanso para recuperar su sistema inmunológico.

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