¿Qué comer para tener un corazón sano?

Los buenos hábitos alimenticios son la base de una buena salud. Los buenos hábitos alimenticios tienen un efecto beneficioso sobre el funcionamiento de todos los órganos y de todo el organismo y previenen diversas enfermedades, incluidas las enfermedades cardiovasculares. ¿Qué tipo de dieta es la más beneficiosa para el corazón?

La base de una dieta saludable para el corazón y para mantener los niveles normales de colesterol es una dieta variada que consiste en verduras, frutas, granos enteros, productos lácteos (yogur, kéfir) y grasas saludables. También es importante limitar el consumo de sal y el abandono del café, el alcohol y las bebidas carbonatadas. Los nutricionistas definen esta forma de comer como una dieta mediterránea. Las estadísticas muestran que la dieta mediterránea reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares dos veces.

Una gran cantidad de verduras y frutas.

Las verduras y las frutas son la base de una dieta saludable, ya que contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra; estos son elementos que garantizan una vida larga y saludable. La fibra soluble reduce el colesterol LDL más eficazmente que una dieta sin grasa. Por el contrario, la fibra insoluble ayuda a reducir el riesgo general de enfermedad cardíaca. Las verduras y las frutas también son una fuente de antioxidantes que eliminan los radicales libres y previenen la oxidación del colesterol y la deposición de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. Las propiedades más beneficiosas son las frutas y verduras crudas.

Fuentes de grasa saludable.

Una dieta saludable debe incluir principalmente grasas insaturadas que se pueden proporcionar al comer pescado, nueces, semillas, aguacates y aceites vegetales. Las grasas no saturadas son beneficiosas para la salud del corazón y reducen los niveles de colesterol en la sangre. Los pescados grasos (por ejemplo, arenque, salmón, fletán, lenguado, carpa, caballa, atún) son una fuente natural de ácidos grasos omega 3 y omega 6 insaturados, que son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo. Estas grasas saludables fortalecen el corazón, disminuyen la presión arterial, reducen la inflamación en el sistema osteoarticular y reducen el riesgo de aterosclerosis.

Los ácidos grasos omega-3 reducen los niveles de triglicéridos y colesterol LDL, aumentan el colesterol HDL, limpian los vasos sanguíneos y tienen propiedades antiinflamatorias y antitrombóticas. Se recomienda consumir alrededor de 1 kg de pescado graso por semana o el uso de aceite de pescado en forma de suplemento dietético (p. Ej., OMEGA+++).

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