La cirrosis es la última etapa de la enfermedad hepática a largo plazo. Es un problema de salud muy grave que se asocia con muchas enfermedades y la medicina convencional no brinda ninguna posibilidad de restablecer el funcionamiento saludable del hígado. Afortunadamente, existe un tratamiento y prevención natural, que puede incluir una dieta saludable.
La cirrosis del hígado se manifiesta como un cambio físico en los tejidos de este órgano: cicatrización de los tejidos en el hígado. Las causas de la cirrosis hepática incluyen los mismos factores que también causan otras enfermedades hepáticas (por ejemplo, hepatitis), es decir, entre otras: dieta inadecuada, abuso de alcohol, obesidad y enfermedades metabólicas.
La dieta incorrecta y el abuso crónico de alcohol son los factores más comunes que causan la enfermedad del hígado graso. Las peores opciones dietéticas son las grasas saturadas de baja calidad, los productos fritos, los productos conservados con sustancias artificiales y los alimentos altamente procesados. Dicha dieta provoca un aumento de los triglicéridos y el colesterol en la sangre y es la causa más común de enfermedad hepática, incluida la cirrosis.
La dieta correcta para el tratamiento y prevención de la cirrosis hepática.
Lo más importante para mantener la salud del hígado es comer una gran cantidad de verduras y productos menos procesados. Entre los vegetales deben seleccionarse los siguientes: coliflor, brócoli, col, apio, col rizada, espinacas, diente de león, berros, espárragos, remolachas, zanahorias, pepinos, hierbas y especias (perejil, menta, coriandro, albahaca). La dieta debe incluir verduras frescas y crudas, que son un factor clave para mantener el hígado en buen estado de salud y para prevenir problemas hepáticos en el futuro. Una buena opción es también los jugos de vegetales, que son fáciles de digerir y no requieren una gran participación del hígado.
Los asesinos hepáticos son azúcares simples, aceites hidrogenados (grasas trans) y grasas saturadas derivadas de animales producidos a escala industrial. La única forma preferida de grasas saturadas son las obtenidas de animales criados en condiciones naturales. Todas las sustancias tóxicas se acumulan en el tejido adiposo, lo que se aplica tanto a los humanos como a los animales. Por eso es tan importante elegir la carne de las granjas naturales. Las mejores fuentes de grasa de alta calidad en la dieta son nueces, semillas y pescado graso.
Para prevenir enfermedades del hígado, deseche todos los productos alimenticios que contengan conservantes, rellenos y cualquier aditivo sintético.
Recuerde también elegir alimentos orgánicos u orgánicos tan a menudo como sea posible. De esta manera, ayudará a liberar el hígado de la amenaza y prevendrá posibles enfermedades hepáticas en el futuro.
LAMININE: ¿Cómo dosificar este complemento alimenticio en caso de cirrosis hepática y otras enfermedades hepáticas? De dos a tres cápsulas en condiciones más ligeras y de cuatro a seis cápsulas en condiciones más pesadas. Todos los suplementos dietéticos deben utilizarse bajo la supervisión de un médico.