Las propiedades pro-salud de los antioxidantes han sido un tema muy popular desde principios del siglo XX, cuando se ha descubierto que los antioxidantes retrasan o eliminan los efectos de los efectos negativos de los radicales libres.
Los radicales libres «toman» electrones de otras moléculas y, por lo tanto, contribuyen al daño o muerte de las células con las que se construye el cuerpo.
Los antioxidantes proporcionan los electrones que necesitan los radicales libres y, por lo tanto, protegen las células e inhiben las reacciones en cadena que son perjudiciales para la salud. El proceso de oxidación es perjudicial para todas las células vivas. El estrés oxidativo es un factor importante que contribuye al desarrollo de muchas enfermedades que pueden ocurrir debido a una dieta deficiente, falta de actividad física, contaminación del aire y otras amenazas modernas.
Antioxidantes en los alimentos.
Una dieta adecuadamente equilibrada puede proporcionar todos los nutrientes necesarios para la salud. Los antioxidantes más valiosos son aquellos que comemos con alimentos. Una dieta a largo plazo rica en antioxidantes es una condición muy importante para la salud. Los estudios han demostrado que el consumo regular de frutas y verduras reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Las fuentes naturales más valiosas de antioxidantes son: cítricos, arándanos, fresas, uvas, ciruelas, espinacas, brócoli, repollo, brotes de alfalfa.
Suplementos dietéticos
Si vivió poco saludable durante muchos años, la eliminación de los déficit de nutrientes con remedios naturales durará lo mismo. En esta situación, los suplementos dietéticos son útiles, ya que en poco tiempo pueden proporcionar grandes dosis de nutrientes necesarios. Los antioxidantes más populares administrados como suplementos dietéticos son las vitaminas C y E. La vitamina C es un poderoso antioxidante soluble en agua, mientras que la vitamina E es soluble en grasa. Ambas vitaminas pueden provenir de fuentes naturales y de forma sintética. Existe la opinión de que las vitaminas producidas naturalmente tienen un porcentaje mucho mayor de biodisponibilidad en el cuerpo humano. El consumo regular de vitamina C y E contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas (por ejemplo, cáncer, enfermedades cardiovasculares, cataratas).
También hay preparaciones más complejas (p. Ej., LAMININE), que además de los antioxidantes proporcionan muchos otros nutrientes y tienen propiedades curativas integrales.